La continua construcción y destrucción de un espacio es un ejercicio que solo es posible desde la animación, en especial en el stop motion donde en cada fotograma hay un mundo exclusivo que luego debe modificarse en la siguiente imagen, cada una de ellas como una historia individual a ser construida, un estado de ánimo, una lucha interna por la subsistencia y una transición que puede ser equiparada al funcionamiento de la mente humana, complejizada por la fuga continua que representa algún problema o un estado de perturbación. La sórdida historia detrás de La casa lobo solo puede imaginarse desde la animación, cualquier otro intento de representación puede parecer banal frente al oscuro mundo que presentan Cociña y León en su film.
La tétrica fabula que muestra la película está basada en el tormento interno de una niña que escapa de las inhumanas entrañas de lo que fuera Colonia Dignidad, el enclave fundado por nazis en Chile en 1961. Incorpora además una suerte de recreación de la propaganda con la que Paul Schaffer, el siniestro líder nazi, solía desviar la atención de todos los abusos que se realizaban en el campo. El film se plantea en forma de una oscura versión del cuento de los tres chanchitos, donde claramente el lobo es la representación de un Schaffer que alcanza a ver y controlar todo en los alrededores, y donde la protagonista Maria no tiene un escape real y cuya travesía y construcción de un refugio ilusorio, no son más que un producto mental, acompañados de oscuros cánticos infantiles en medio de su camino circular alrededor de una casa que parece no tener fin. El dato escalofriante es que los canticos que se escuchan están interpretados por los niños de la Colonia y esto se percibe claramente en el miedo que se refleja en la voz de los niños.
Frente al complejo reto de retratar este ambiente opresor, Cociña y León plantean un lenguaje visual que se asemeja a una pintura que constantemente se va disolviendo, de forma que todo parece perecedero en la película, desde las pequeñas alegrías de la niña y sus antropomorfos compañeros de viaje que se convierten en su motivo de resistencia frente a una casa que parece consumirla, frente a su mente que transforma todo lo inanimado en material orgánico, cual si fuera producto de un fallido experimento de alquimia. Todo esto acompañado de una sopa de alemán y español que se van alternando para aumentar la extrañeza y el ambiente pesado que rodean al film y que va acorde al cambiante lenguaje visual. La casa lobo explota el movimiento como una forma de aterrorizar, donde cada plano parece estar destinado a expresar una nueva faceta de la desesperanza y del miedo. Una revisión de la historia que va más allá de los hechos y se detiene en el ambiente y en el tormento interno de los protagonistas que fueron parte de los pasajes más oscuros de la historia chilena.
Proyección en el Festival de Cine Radical 2019
Cinemateca Boliviana | 22.09 | 18:00
Añadir comentario