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Once años de Bolivia Lab a través de su creadora, Viviana Saavedra

Diez generaciones con un promedio de 20 proyectos por año han hecho posible vincular a 200 producciones posibles, llenas de sueños y de expectativas.

Una nueva versión del Bolivia Lab comienza este 24 de junio. La Red colaborativa Bolivia Lab fue creada hace 11 años como una iniciativa de Producen Bolivia con la visión de generar un espacio de oportunidades a través de la formación y encuentro con profesionales cineastas de Iberoamérica. Este 2019, España es país invitado. En más de una década, se consolida el espacio de asesorías a proyectos cinematográficos en desarrollo, denominado Laboratorio de análisis y clínica de desarrollo de proyectos, el cual en sus 11 años tiene como sede la ciudad de La Paz y ha recibido aproximadamente 180 proyectos de toda Iberoamérica. Talleres, charlas magistrales y exhibiciones tendrán diferentes sedes en la ciudad de La Paz, y el taller internacional de guion se desarrollará en Cochabamba.

Conversamos con la creadora y gestora del Bolivia Lab, Viviana Saavedra, quien hace una evaluación de más de una década de intercambios y generación de vínculos para la producción cinematográfica en Iberoamerica.

Sergio Zapata: ¿Te animarías a hacer un balance de los 10 años anteriores del Bolivia Lab?

Viviana Saavedra: Estoy muy agradecida con la vida por haberme permitido ser parte de esta red, creo que sin estos 10 años quizas los proyectos bolivianos junto a los iberoamericanos hubieran tenido menos oportunidades de ser visibles. El aporte del Bolivia Lab, más que formar, ha sido ser un conector para aprender a mirarnos entre nosotros desde que empezamos la creación de las ideas, lo que se denomina desarrollo, hasta cuando tenemos que emprender la distribución. Sin embargo, más allá de eso, encontrarnos nos permite ser más humanos, en el reconocimiento de la cultura del otro. El Bolivia Lab me ha permitido ver generaciones con sus distintas maneras de hacer y de conectar.

Ha sido difícil la gestión nacional por diversos motivos. Primero, los cambios constantes no permiten generar la institucionalizacion que, de alguna manera, garantiza cada versión. Muchas veces fue empezar de cero la gestión; sin embargo, seguimos adelante. Si bien el apoyo local no ha sido lo más fuerte, la red ha sobrevivido con aportes diversos, desde personales hasta institucionales.

SZ: Hablaste de redes, ¿a qué te refieres?

VS: La red quiere decir un tejido. Si tuvieramos que ponerle un presupuesto al Bolivia Lab quizás no podríamos contabilizar intangibles, es decir, los elementos de este tejido. Hablo de red porque sin el aporte de cada uno, no llegaríamos a consolidar este espacio, es la capacidad de dar como la de recibir, la reciprocidad es la que hace que esto funcione. Es una Red porque un grupo de seres humanos de distintos lugares del mundo le dan al Bolivia Lab un pedacito de sí, lo que hace que tengamos puntos de contacto para vincularnos unos con otros.

SZ: ¿Por qué este año el Bolivia Lab lleva la denominación de “Cine sin fronteras”?

VS: Empezamos como Bolivia Lab, con el slogan de “Proyectos con altura”, porque nuestras primeras versiones tenían como sede la ciudad de La Paz, una ciudad de altura. Repensar nuestro slogan y proponer “Cine sin fronteras”, fue porque consideramos que los cineastas son ciudadanos del mundo y que, si bien las fronteras delimitan a los países, nuestras  actividades trascienden las fronteras, ya que hacemos un cine mundial.

SZ: En esta década de Bolivia Lab, ¿qué resultados fueron los más sobresalientes?

VS: Quisiéramos hacer un estudio mucho más detallado de los resultados para poder decir con certeza la cantidad de producciones que pasaron por el Bolivia Lab siendo proyectos o guiones, y que hoy en día son películas. Sin embargo, creo que el mayor resultado es la cantidad de vinculaciones que se han creado. El Bolivia Lab es como una familia, los lazos permanecen aunque pasen los años. Diez generaciones con un promedio de 20 proyectos por año han hecho posible vincular a 200 producciones posibles, llenas de sueños y de expectativas. Muchos han concluido la película, otros la siguen soñando sin desmayar y otros tomaron nuevos rumbos pero no olvidaran la posibilidad que les dio el Bolivia Lab de creer en ellos.

SZ: Después de tanto tiempo en la gestión de este evento, ¿cómo ves la formación en cine?, ¿cuál debiera ser el campo de especialización para atender más?

VS: Siento que lo mas importante es el contenido, por supuesto el guion, pero por sobre todo saber reconocer lo que hace únicas a las historias, todas con identidad. Al usar la palabra identidad no me refiero a lo autóctono, me refiero a nuestra idiosincrasia, a reconocernos y a expresarlo a traves del arte de hacer cine.

SZ: Después de conocer y conversar con tantos cineastas, productores, guionistas y distribuidores, ¿cuál podría ser tu diagnóstico del cine actual?

VS: Estamos viviendo una transicion, esto da mucho para pensar. Me encanta ver los títulos y sinopsis de las películas porque me permite leer un contexto de lo que sucede en Latinoamérica. En la gestión vemos que los países están atravesando cambios politicos muy significativos, algunos con retrocesos tangibles, y esto se refleja en las historias que el continente quiere contar.

Pienso que hemos dejado de depender y que esa no dependencia nos permite tener más libertad de hacer. Claro, es difícil producir, difícil gestionar, pero la fortaleza es la unión que podemos tener entre todos.

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