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La pedagogía de la mirada y de la acción

Tantos años vamos repitiendo el mismo discurso de la ineficiencia de la pantalla chica y, ahora, de todas las extensiones del audiovisual que han atrapado a niños y jóvenes, especialmente. Es ahora su “modo natural” de comunicación. Y qué poco se dice que realmente valga la pena en su formación.

Continuamos con la ausencia de programas de calidad para la niñez y adolescencia y tan pocos espacios se han abierto en este sentido. Hasta hace poco, tanto investigadores como teóricos estaban aterrados por la cantidad de horas con que la televisión tenía atrapada a las nuevas generaciones. ¿Qué decir ahora de los celulares, internet y todas las modalidades que no cesan ni de día ni de noche?

1.Antecedentes nicobianos

En los primeros talleres audiovisuales que realizamos en Nicobis, en los que el principal impulsor fue Alfredo Ovando, participaron un grupo de jóvenes artistas plásticos y dibujantes para aprender conjuntamente y de forma autodidactica a hacer dibujos animados. Este proceso interno un importante fruto: el corto musical Cañoto (1989), que fue elaborado en base a la canción del mismo nombre que compuso e interpretó Jenny Cárdenas. Pese a ser un trabajo de aprendizaje, fue acreedor del Premio «Cóndor de Plata» de 1989, que destacaba la manera del corto de dar a conocer la historia boliviana de forma amena, ya que relataba la labor del héroe cruceño Cañoto durante la Guerra de la Independencia. Un video motivador para acercarnos a la historia.

El trabajo pionero boliviano en desarrollar la temática ambiental para niños fue Pintemos el mundo de colores (1990), que mostraba la contaminación del aire y del agua, la deforestación y las alternativas del uso eólico para transformaciones tecnológicas, a partir de la historia de un pez, un pájaro y un niño/hombre. Estamos hablando de los años 90, en los que estos temas eran planteados desde grupos muy específicos que trabajaban las problemáticas ambientales, no era como actualmente es, un tema vital para la humanidad. Es un video que hasta el día de hoy se difunde en colegios y escuelas para todas las edades, y en centros culturales nacionales e internacionales, como un video modelo del tema ambiental y que ha trascendido fronteras, además, por su propuesta formal: solo dibujos animados con música y sonido ambiental. Pintemos el mundo de colores ha logrado estar presente en canales de televisión de 150 países a través de Transtel. 

NICOBIS aprendió a enseñar y a dejar la semilla del video en las mismas comunidades. Así, casi como una derivación natural del trabajo de los documentales, el planteamiento de otorgar mínima infraestructura para la elaboración de videos se plasmó con el «Taller a pueblos indígenas de Tierras Bajas». Este proyecto fue impulsado por UNICEF en 1996, que dotó de cámaras, televisores y computadoras a seis comunidades. Fruto de este proyecto fueron seis cortometrajes producidos y realizados enteramente por los indígenas adultos mojeños, mosetenes y cavineños. Encontraron una nueva forma de contar sus saberes, sus problemas y sus propuestas. Sus trabajos se inscribieron con depósito legal en la Cinemateca Boliviana para su difusión nacional.

2. El camino recorrido

El video va a la escuela

Desde 1999, NICOBIS organiza encuentros interculturales de niños y niñas de áreas indígenas y urbanas. Realizamos seis encuentros periódicos −denominados «Semillas de cultura» (1999)− que han mostrado la diversidad cultural como una riqueza portadora de un conocimiento muy valioso. A través de los encuentros, esta riqueza se ha mostrado a la población boliviana y, muy especialmente, a los niños, niñas y adolescentes urbanos, que aportan a la identidad nacional a partir de sus propias particularidades.

Estas actividades nos llevaron a plantear, en el marco de las escuelas rurales, el proyecto de la elaboración de videos realizados por los niños. Junto con la propuesta del TAFA (Taller ambulante de formación audiovisual), decidimos llevar el video a la escuela.

Las primeras producciones nos llenaron de la maravillosa mirada de la niñez indígena en zonas tan diversas y variadas. 

Tigre fuego (2006), video realizado con niños mosetenes, cuenta la historia de la venganza de los animales frente a los cazadores y la deforestación. Los niños decidieron usar las máscaras mosetenes en un video de ficción que ya planteaba una innovadora propuesta desde su contexto, su idioma y su narrativa. Además, se realizaron dos cortos documentales que ampliaban la situación de sus habitantes y su relación con el río. Acreedora de dos premios internacionales, abrió un gran espacio de formación.

Una serie de cortos musicales y algunos video clips fueron resultado del taller con los jóvenes afrobolivianos de Tocaña, que no solo expresaron su enorme habilidad musical y de danza, sino que se propusieron mostrar las diferencias generacionales que se estaban planteando al interior de su comunidad. 

El lago Titicaca como protagonista y los niños y niñas aymaras que muestran la contaminación del agua, los productos naturales y una posible solución, son foco de otra serie de trabajos realizados en el marco de este proyecto de video en las escuelas. Las técnicas de animación en papel y en plastilina muestran este universo acuático y la riqueza alimentaria de la isla del sol.

La reunión de varias artes para expresar una fiesta se plasmó en El zorro y las semillas del cielo (2007), video realizado en la comunidad de Candelaria, Tarabuco. Este es un lugar de gran trabajo de textiles, donde las niñas y niños aprenden desde pequeños este quehacer que sostiene la identidad del pueblo Yampara.

Fue vital la participación de los padres de familia y de algunas autoridades para mostrar el Pujllay a través de sus aspectos más importantes, como la fiesta, la música, la vestimenta. Además, este corto incorporaba un relato sobre el zorro y el origen de los alimentos, que también fue plasmado en un textil que cuenta este mito milenario. Este video se constituyó en la herramienta primordial para promocionar el circuito turístico a la zona, mostrar la riqueza textil y valorar el audiovisual como nueva herramienta de niños y niñas.

Los talleres ambulantes crecieron y se multiplicaron con el apoyo de Visión Mundial, ONG que trabaja con niños y niñas del área rural y minera. Así llegamos a territorios que hasta carecían de luz y condiciones mínimas, pero donde se lograron realizar hasta tres videos con cada grupo. Todo este proyecto llegó a sumar 30 videos realizados por los niños, niñas y adolescentes de diferentes comunidades en Bolivia. 

La animación profesional

La Embajada de Dinamarca realizó un taller en Santa Cruz de la Sierra, al cual NICOBIS apoyó y aportó con los temas que se desarrollaron. Fueron personajes o historias basadas en los libros de mitología indígena de Bolivia que NICOBIS editó. 

En este taller se realizaron tres cortos. Ñamandu es un video de animación por recorte que recrea un pasaje del mito guaraní isoseño sobre el origen del maní. El origen de la sombra es un video de dibujo animado en blanco y negro que recrea un pasaje del mito uru chipaya sobre el origen de la sombra. En este corto, un personaje encuentra por primera vez a su sombra, se asusta, se pelea y, finalmente, logra convivir junto a ella. La sorpresa de Lucas es un video de animación en plastilina. Recrea un pasaje del mito uru chipaya acerca de una primera época en la que las personas podían convertirse en animales; ello lleva a situaciones de confusión y humor.

Este primer impulso consolidó un taller profesional con la asociación de la productora danesa Animation Workshop, que se constituyó como la coproductora, junto con Nicobis y Escorzo, para realizar un corto de mayor alcance. De este proceso nació La Abuela Grillo (2009), animación que cuenta la historia del ser mitológico ayoreo, una abuela grillo dueña del agua, que otorga el líquido indispensable a la humanidad. En este taller participan ilustradores profesionales y bolivianos con importante experiencia en el dibujo, que superaron cualquier expectativa del taller y sus resultados. 

KOLIBRI, Festival Internacional para la niñez y adolescencia 

El Festival Kolibrí es el primer festival Internacional de cine y video dedicado a los niños, niñas y adolescentes de Bolivia. Nace el año 2006, ante la urgencia de promover y difundir la producción audiovisual de calidad que se realiza a nivel nacional e internacional, y que no llega a nuestro país por circuitos habituales destinados a los niños, niñas y adolescentes.

Nicobis y Semillas de Cultura son los responsables de llevar adelante el Festival Kolibrí. Hasta el 2016 se celebraron diez ediciones, con la exhibición de 1.539 videos producidos en los cinco continentes. Las sedes del Festival durante estos años han sido la Cinemateca Boliviana, el Goethe Institut, y el Cine 6 de agosto, además de centros culturales de diferentes barrios, y colegios y escuelas de la red de Fe y Alegría en todo el territorio nacional.

El Festival Kolibrí organiza durante el año actividades complementarias con niños, niñas y adolescentes que reciben formación audiovisual y participan de talleres para realizar reportajes y documentales sobre su barrio. 

De la misma manera, se han desarrollado talleres audiovisuales para Maestros y maestras, con la participación de destacados profesionales internacionales. Las temáticas de los talleres fueron apreciación cinematográfica, cine y video boliviano, nuevas tecnologías de información y comunicación en el aula.

Por último, una de las áreas en las que el Kolibrí trabaja con más intensidad es la formación de niños y niñas críticos. Así, ha impulsado desde la primera edición la conformación de ternas de jurados de niños, niñas y adolescentes, que otorgan el premio «Kolibrí Infantil» a la mejor obra.

PICA − Programas Inteligentes Para Adolescentes 

Un espacio innovador y pionero es el Noticiero para niños, niñas y adolescentes PICA. Es un proyecto de NICOBIS que nace el año 2011, impulsado por Free Press Unlimited (FPU) de Holanda. Desde 2012, la difusión es nacional, a través de canales de televisión abierta. El programa también forma parte de una red internacional en la que participan quince países donde se han desarrollado similares experiencias.

PICA aborda temas de la actualidad nacional e internacional con un tratamiento adecuado al público adolescente y joven. Incluye noticias y reportajes protagonizados por ellos, donde su voz es importante en el comentario de los eventos y su participación en la sugerencia de alternativas. Es un noticiero que educa de forma lúdica. Se desarrollan los más diversos temas desde la curiosidad y la necesidad de mayor información de su público.

PICA también se difunde por la web  www.pica.com.bo, sitio donde recibimos comentarios y sugerencias, se hacen encuestas, concursos, tests y otras actividades.  Además, es una plataforma donde se encuentran todos los programas difundidos. Por otra parte, la creación de aplicaciones para dispositivos ha sido todo un éxito y estos productos son parte natural de este proyecto.

Otro producto desarrollado es la maleta PICA, una compilación de programas que desarrollan temas de violencia y derechos, medio ambiente, identidad cultural, derechos sexuales y reproductivos. La maleta ha sido distribuida en 30 colegios a nivel nacional. 

El 2014, el noticiero PICA fue seleccionado por la Fundación Prix Jeunesse como uno de los 50 mejores programas televisivos del mundo dedicados a la juventud. 

Dos libros 

Además de la producción y formación audiovisual, NICOBIS ha visto la necesidad de elaborar materiales impresos. Así nace La linterna mágica (2009), historia del cine y video boliviano para niños y niñas, que desconocen la obra cinematográfica de los principales cineastas y realizadores bolivianos.

Además, para fortalecer la formación audiovisual, se sistematizaron los materiales y el proceso mismo de nuestros talleres, a través del libro Animanual (2010), guía de educación audiovisual para niños y niñas.

3. Algunas reflexiones

NICOBIS cumple 36 años. En más de tres décadas de trabajo hay una larga y fecunda sumatoria de actividades en siete ámbitos de trabajo: el documental, la animación, los libros, los encuentros multiculturales, los talleres de formación audiovisual, el Festival Kolibrí y el noticiero para adolescentes y jóvenes PICA. Todos estos proyectos tienen a la niñez y la adolescencia como paraguas común.

Frente a la televisión el camino es largo, pues la lucha por una mayor producción nacional para la niñez sigue sin resultados. Continuamos mirando los programas que coartan la imaginación, la creatividad y la formación de un criterio maduro. Es un triste y distorsionado reflejo de la gran realidad que se convierte en un lamentable espectáculo.

Existe la gran necesidad de enseñar a leer el audiovisual y, para ello, la formación de espectadores que sean capaces de dosificar e interpretar los mensajes televisivos. Desmitificar los medios, diferenciar imagen y realidad, lograr ver las distorsiones y manipulaciones, aprender a analizar los programas, son las más importantes actividades que deberían estar presentes no solo en la escuela, sino también en la familia, para lograr proyectos educativos coherentes.

Por otra parte, las obras del cine y video boliviano merecen ser conocidas. Por una parte, hay que mostrarlas y, por otra, difundir su historia, los principales realizadores, sus propuestas, su impacto y su futuro. La proyección de películas debe hacerse en salas, pero también en aulas junto a los profesores, quienes seleccionen filmes dentro de sus programas para vincularlos directamente a su programación didáctica.

Con el Festival Kolibrí se ha demostrado que existe otra televisión de calidad que sí se ha desarrollado en otros países. Algunos ejemplos son el canal Paka Paka de Argentina y Señal Colombia, que acaba de ganar 15 premios en Cartagena de Indias.

Respecto a los talleres tomó la reflexión de Tatiana Ovando, que creó e impulsó este gran trabajo pedagógico: 

Con los Talleres Ambulantes de Formación Audiovisual recorremos diferentes territorios, diversidad de pisos ecológicos, lugares sagrados, espacios naturales y urbanos, conociendo los diversos colores y sonidos de nuestra tierra. Vamos encontrando miles de amigos, otros niños, niñas y jóvenes que somos cultura viva y que tenemos mucho que expresar y compartir.

El cine y el video son herramientas artísticas de transformación social donde reunimos todas las capacidades, conocimientos, tradiciones y saberes que los niños, niñas y jóvenes artistas de Bolivia practicamos en nuestra vida cotidiana:  la danza, la música, el tallado de máscaras e instrumentos, la poesía, la pintura, los textiles, todas las artes se fusionan a través del lente de la cámara para dar lugar a nuevas y creativas historias o para recrear mitos y cuentos narrados por nuestros abuelos y abuelas.

Adoptamos las nuevas tecnologías y usamos los medios de comunicación audiovisual para expresar nuestros sentimientos, nuestros valores, nuestras necesidades, nuestros derechos, nuestra cultura y nuestra relación con la naturaleza, para crear, construir, proponer, denunciar, resaltar sorprender y valorar. En fin, para reflejar nuestra realidad y nuestra creatividad en el desarrollo integral de nuestras capacidades.

Siendo nosotros los realizadores y protagonistas de nuestros propias creaciones audiovisuales, confirmamos la certeza de lo factible que es realizar nuestras propias películas, documentales, animaciones, reportajes, etc. Además, conocemos la importancia de que los medios audiovisuales sean tomados en cuenta para nuestra educación, analizando críticamente los mensajes de todo tipo que nos llegan a través de los medios de emisión masiva y proponiendo una educación integral desde lo cultural con el uso adecuado de nuevas tecnologías de información y comunicación.

El proceso de realización audiovisual se convierte entonces en juego, en magia e imaginación para crear, para aprender y para enseñar, de forma comprometida, lúdica, responsable y divertida. Todos ponemos en práctica los lazos de solidaridad y ayuda muta al trabajar en equipo, en comunidad, como es la única manera de hacer cine y video.

El video como medio de expresión, al igual que los otros medios de comunicación que hemos ido recorriendo hoy, ofrecen una nueva forma de creación y de expresión, un nuevo instrumento para detectar, descubrir y entender la realidad a través de un canal de información, donde los niños, niñas y adolescentes se convierten en protagonistas. Fundamentalmente, ellos pueden expresarse y proponer sus temas, sus conflictos, sus vacíos de información, su rebeldía. Y, más concretamente en el caso de los niños, niñas y adolescentes indígenas, el video es un “instrumento moderno” como lo llaman ellos y ellas para expresar su identidad desde diferentes artes.

Todos estos proyectos de NICOBIS han significado un esfuerzo personal e institucional para demostrar que el audiovisual merece mejores propuestas desde el Estado, de forma continua, con seguimiento y con pasión. 

Indudablemente, hay más experiencias de nuevos grupos que merecen ser recopilados y sistematizados. En todo caso, como hemos afirmado insistentemente, y con independencia del soporte utilizado, hay la necesidad de deconstruir el audiovisual, no solo desde una perspectiva técnica sino desde cada área que lo conforma, colaborar para poder arribar a la conclusión sobre la importancia de la comprensión de las herramientas, para así, poder ponerlas en función del ser humano y de la sociedad.

Festejamos así el Día del Cine Boliviano, que nos recuerda con profundidad a Luis Espinal y su pedagogía de la imagen.


Texto publicado en «Jornadas de Cine boliviano. La mirada cuestionada» (2018). ISBN: 978-99974-0-190-8

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Liliana de la Quintana

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