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Teresa – Residencia Existimos Estallidxs

Mi obra habla del modo en que una mujer adulta mayor experimenta la esperanza, considerando que en la pandemia por COVID 19. Muchos de ellos murieron en situación de confinamiento y otros temen enfermarse, sin embargo en los intersticios de la cotidianidad aparece la esperanza.

Ensayo visual de Luzmarina Sono (Ecuador)

Desarrollado en la residencia en narrativa de género, identidad y territorio “Existimos Estallidxs”, organizado por la colectiva Warmi Photo.

Zámbiza, Ecuador, Teresa se mira en el espejo, 25/08/2021
Zámbiza, Ecuador, Teresa se viste, 25/08/2021
Zámbiza, Ecuador, Teresa, 25/08/2021
Zámbiza, Ecuador, Teresa en la ventana, 25/08/2021
Zámbiza, Ecuador, La familia de Teresa, 26/08/2021
Zámbiza, Ecuador, El jardín de Teresa, 25/08/2021
Zámbiza, Ecuador, Las flores de Teresa, 26/08/2021
Zámbiza, Ecuador, Labial, 26/08/2021
Zámbiza, Ecuador, Esperanza, 25/08/2021

Mi obra habla del modo en que una mujer adulta mayor experimenta la esperanza, considerando que en la pandemia por COVID 19, la población mayor de 65 años fue la más vulnerable a la infección por factores relacionados no solo con su condición de salud, sino porque algunos viven solos y tienen resistencia a adoptar medidas de bioseguridad. Muchos de ellos murieron en situación de confinamiento y otros temen enfermarse; sin embargo, en los intersticios de la cotidianidad aparece la esperanza.

Para María Teresa de 91 años, la esperanza se presenta en el día a día y se realiza en cada acción; despertar un día más, levantarse, mirarse en el espejo y arreglarse en la mañana, vestir el sweater preferido, caminar lentamente por el jardín, cuidar las plantas y admirar su florecimiento, sentarse bajo la sombra de las rojas hojas del árbol de Panamá, masticar los alimentos con dentadura postiza, jugar damas chinas y ganar. Así, la esperanza del día a día, se realiza a través de la mirada, el jardín, la ventana, el espejo, el tablero de damas y ocupa el espacio que deja el miedo a la enfermedad y la soledad en los ojos, la cuerpa y la memoria. 

Como fotógrafa documental presencio el ritual esperanzador de María Teresa, con las flores de su jardín hago un sencillo arreglo floral y se lo obsequio, la escucho hablar de su casa, su familia y de la gente del pueblo, me convida alimentos en el momento justo que me ataca el hambre, me muestra el álbum de fotos familiar en el que destaca una fotografía de una mujer joven y hermosa, es ella. En el tocador, se mezclan los medicamentos, la mascarilla y el maquillaje, me gana la partida de damas chinas. 

La intención de mi obra es que, en esta mujer envejecida con el paso del tiempo, se encuentre una motivación para acrecentar la capacidad de escuchar, atender, cuidar, acompañar, aprender, mirar y valorar la sabiduría que alcanzan las mujeres en esta esplendorosa etapa de su vida.

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