










La llegada al templo musical ubicado en la calle Pinilla de la zona de Sopocachi de la ciudad de La Paz se hizo esperar. Ingresamos a la casa, caminamos recovecos y algún patio, subimos gradas y traspasamos la última puerta donde se encontraba el recinto que nos recibió junto a su guardián Don Jorge Rivero, de 94 años. A partir de aquí, empezó el viaje, aspirando anécdotas mientras observaba las colecciones de amplificadores, fotografías, adornos musicales, premiaciones y, por otro lado, los cientos de cassetes, cds y vinilos de música nacional e internacional clasificados por colores, por nombres, por género y por país, archivados por Don Jorge.
Entre muchas anécdotas que compartió, nos apartó con un sueño, de que su familia pueda proteger y continuar con este legado musical que él con tanto cariño produjo.
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