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Historia de un matrimonio: homenajes, litigio y empatía | #Oscar2020

Construida en torno al litigio, la película puede codificarse al interior de este subgénero, donde la mayor parte del metraje supone ver y saber los entretelones de un sistema judicial.

Noah Baumbach es un director neoyorquino (de Brooklyn) en cuya filmografía destacan Una historia de Brooklyn (2005), que fue nominada al Oscar en la categoría de guion original, Frances Ha (2012) y Mientras seamos jóvenes (2014), donde participa Adam Driver, protagonista de Historia de un matrimonio (2019). Es un cineasta identificado por su acidez y formalismo, y por ser constructor de retratos generacionales de su sociedad, la neoyorquina a la que pertenece. En esa veta la prensa asocia su cinematografía con la de Woody Allen.

En 2019, con la producción del gigante del streaming Netflix, con un guion original escrito para ser interpretado por Scarlett Johansson y Adam Driver, estrena Historia de un matrimonio, disponible en Netflix, con seis nominaciones a los premios Oscar. Supone un salto cualitativo en la cinematografía de Baumbach, pues se aleja de las construcción dramáticas expuestas en filmes anteriores, donde los diálogos permitían dilucidar la trama, para optar por arriesgados y evidentes homenajes al cineasta de culto de Allen o Ingmar Bergman, y construir, desde la composición visual, la desgarradora ruptura de un matrimonio. 

En Mientras seamos jóvenes fueron los diálogos ocurrentes y las situaciones divertidas que buscaban hacer un fresco generacional, situándose en el bienestar y el confort de sus personajes. En Historia de un matrimonio el director introduce carencias materiales y vericuetos jurídicos para agudizar la ruptura. A su vez, en Mientras seamos jóvenes, interpela a tres generaciones de documentalistas y una aparente crisis creativa, fruto de la realidad acomodaticia que viven, y en Historia de un matrimonio se detiene la relación entre un director de teatro y una actriz devenida actriz de televisión exitosa, que deben lidiar con su separación. Nuevamente hay un homenaje a Bergman, develando las relaciones de dependencia emocional y creativa entre los personajes (director/actriz), lo cual es revestido por un clima claustrofóbico y desolador, acompañado de citas visuales al director de Secretos de un matrimonio para poder dar cuenta del desgaste d un matrimonio, ya no de una generación, sino de una relación matrimonial, la cual no guarda relación solo con el amor.

Construida en torno al litigio, la película puede codificarse al interior de este subgénero, donde la mayor parte del metraje supone ver y saber los entretelones de un sistema judicial. Sin embargo, la decisión formal de otorgar voz a ambos personajes, mediante la lectura de una carta al inicio del filme, establecerá el código narrativo y visual de la trama. Con este gesto arriesgado es que el gran público viene empatizando con Charlie o Nicole. Quizás ahí radica el creciente número de adeptos a esta película.

Sergio Zapata

Sergio Zapata

Crítico de cine y comunicador. Programador y gestor cultural.
Coeditor de Imagen docs.

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