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San Antonio: quién mira a quién

Con estos tres personajes, Olmos construirá San Antonio desde la sensibilidad de sus habitantes: Ramón, que espera salir para retornar a casa en Buenos Aires, Sergio Arce vislumbrando su futuro como un gangster, y Gery, que busca cómo sobrevivir al interior de la cárcel. Este ejercicio compositivo permite al espectador esbozar diferentes facetas y rostros de la cárcel y el sistema jurídico que la sostiene.

En la apertura del documental San Antonio del debutante Álvaro Olmos, se plantea una reflexión sobre el documental mismo: quién mira a quién. Desde el encuadre de Ramón, uno de los reos que guiará la estadía y salida de San Antonio, se sitúa la mirada de quien se filma ante un espejo.  

En este gesto especular, al cual Olmos renunciará a medida que el filme se desarrolle, la mirada va mutando, desde quien se reconoce como sujeto enunciador, dueño de su historia y su voz, hasta su posibilidad de reconfigurar, en su mirada, la condición de reo.

San Antonio es una cárcel –según epígrafe del filme, la más pequeña de Bolivia– construida para albergar a 80 personas, y que a la fecha congrega a más de 300, entre reclusos, sus parejas e hijos. En este panorama, en las cárceles de Bolivia los bienes raíces emergieron con envidiable eficiencia. Sobresalen para Olmos, Ramón, argentino, víctima de la pobreza, a quien el Narco tentó a llevar píldoras de cocaína en su cuerpo por 500 dólares; también Sergio Arce, miembro de la Mara Salva Trucha que tras un sonado asesinato doble en Cochabamba radica en San Antonio apelando su veredicto; y Guery, víctima del sistema judicial boliviano que esta esperando sentencia por el hurto de un celular.           

Con estos tres personajes, Olmos construirá San Antonio desde la sensibilidad de sus habitantes: Ramón, que espera salir para retornar a casa en Buenos Aires, Sergio Arce vislumbrando su futuro como un gangster, y Gery, que busca cómo sobrevivir al interior de la cárcel. Este ejercicio compositivo permite al espectador esbozar diferentes facetas y rostros de la cárcel y el sistema jurídico que la sostiene.       

Lo llamativo de San Antonio es la diferencia sobre el género, aquel que hizo de la cárcel y sus afectados el fundamento para pensar la libertad. En San Antonio parece no existir una nostalgia de libertad ni una intención didáctica de explicar el sistema jurídico, ni mucho menos indagar sobre las causas estructurales de la estadía de los personajes en este lugar. 

Crítica originalmente publicada en Cinemas Cine en abril de 2011, como cobertura especial del BAFICI.

Sergio Zapata

Sergio Zapata

Crítico de cine y comunicador. Programador y gestor cultural.
Coeditor de Imagen docs.

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