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Sueño en plano fijo | Parlamento de las Mujeres

«Se dice que los sueños surgen porque la realidad no es como esperábamos. Durante mucho tiempo me había invadido el pesimismo y no me permitía la esperanza. Eso ha cambiado.» A finales de enero de 2020, se desarrolló la segunda edición del Parlamento de las Mujeres, un espacio convocado por Mujeres Creando para discutir sobre la situación política de Bolivia post elecciones del 20 de octubre de 2019. Participó la escritora Anahí Maya Garvizu. Esta fue su intervención.

Aún sentía el miedo después de las heridas que dejaron los conflictos de octubre y noviembre del año pasado. Quizá tenía inseguridad de dar a conocer mis pensamientos por temor a la intolerancia. Pero agradezco la oportunidad que me dan para compartir un poco de mis sueños.

Se dice que los sueños surgen porque la realidad no es como esperábamos. Durante mucho tiempo me había invadido el pesimismo y no me permitía la esperanza. Eso ha cambiado.

Contrario a los sueños de país, tengo dos imágenes en mi memoria que son parte de una larga pesadilla. Deshecha y con el corazón triste veo la primera imagen:

Una madre entre llantos le pide a su hijo que despierte. Le ruega que solo esté dormido. Es una de las madres que perdió a su hijo en la masacre de Sacaba.

La segunda imagen es la represión a una marcha fúnebre. Cientos de personas corriendo con sus wiphalas mientras los ataúdes, apenas visibles por el gas lacrimógeno, quedaban en plena avenida ante la soberbia de quienes miraban desde los tanques.

Aunque trato de escribir y asimilar lo duro de aquellos días es difícil no sentir las fisuras. Alguna vez alguien dijo para qué poesía en tiempos de penuria. Pero quizá ha llegado el momento de tomar la palabra y escuchar a quienes hablan. Es un tiempo en que las palabras y el discurso han perdido significado, un tiempo en que todo parece fracturado, vacío, egoísta. De qué hablamos cuando hablamos de democracia, de qué hablamos cuando hablamos de libertad, salud, educación. Qué vemos ahora en la bandera tricolor o en nuestra wiphala sino sueños inacabados y agrietados.

En un país que ha sufrido dictaduras militares, que aún no les ha dado justicia a las víctimas de Febrero y Octubre Negro de 2003, volvemos a ver cómo sacan a los militares a las calles. Volvemos a ver cómo los tanques, las armas y las avionetas pretenden ser naturalizados.

¿Puede alguien mandar a matar a más de treinta personas en Sacaba, Senkata y otras poblaciones del país e irse así nada más? Por ello mi esperanza es justicia.

Ante negación de la memoria y la arrogancia de quienes gobiernan hacia las heridas de quienes fueron humilladas y humillados el 24 de mayo de 2008 en la Plaza Central de Sucre cuando este hecho es parte de la historia reciente de Bolivia y es una realidad, mi elección y mi esperanza es contra el olvido.

Porque en este país golpean mujeres de pollera, porque hay mujeres a quienes les cortan el cabello como escarmiento; queman wiphalas, queman casas, se amenaza, se persigue e intimida, porque el fascismo es una realidad mi sueño es la dignidad sin exclusión alguna, mi sueño es que a pesar de los discursos de odio, prime lo sublime, que se pueda pensar diferente sin miedo.

Porque la censura y persecución es tal que hay radios censuradas, columnas censuradas, porque se encarcela a quienes organizan un evento en Senkata en solidaridad con las víctimas de este Golpe de Estado, mi sueño es la libertad de expresión. Mi deseo es el Estado de Derecho.

Porque el espacio público es amedrentado con la militarización, porque las marchas que quieren ingresar a las ciudades se ven bloqueadas por tanques; sueño con un espacio público de todas y todos. Con las plazas como escenarios de diálogo, debate y participación. Con las plazas como escenarios de arte, comedia y música. Sin militares.

Porque la Tierra y los animales han sufrido un incendio indescriptible y despiadado en la Chiquitania a causa de la soberbia, la ambición y la inconsecuencia, mi sueño es la implementación de proyectos reales de prevención y respeto a las áreas protegidas que están al asecho de las grandes empresas agroindustriales.

Ante la arremetida de gran parte de las iglesias evangélicas que se adueñan de la soledad de la gente para acrecentar la intolerancia, la homofobia y el conservadurismo del que se aprovechan los políticos tengo esperanza en un Estado laico.

Porque las mujeres votamos hace más de 60 años pero el machismo solo ha fortalecido sus intereses más mezquinos. Hoy tenemos a un misógino como ministro de Gobierno que pedía con vehemencia que las mujeres nos suicidemos antes de luchar por nuestras reivindicaciones, que decía que habíamos nacido para putas. Parece que hemos retrocedido y que buscan vernos aisladas, silenciadas, con vergüenza. Mientras un ex ministro libera a un acusado de violación en manada, mientras hay casos de feminicidio en el olvido, mientras la violencia machista y los abusos sexuales a niñas son algo cotidiano me pregunto absorta cómo pedirle a este tipo de personas la legalización/despenalización del aborto, por qué quedaron estancadas las peticiones del movimiento GLTBIQ+; si las mujeres seguimos cubriendo nuestros cuerpos y caminando agachadas e inseguras por los costados de las calles.

Por las que se sienten solas, sueño y me aferro a la esperanza. Para no vivir en una realidad que se asemeja a una pesadilla me rebelo y vuelvo a soñar.

Anahi Maya Garvizu

Anahi Maya Garvizu

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