La Paz, 6 de abril de 2020 (Alexandro Fernández para Imagen Docs). Y sí, como se explica en el artículo de Marjory Máceres, «Pandemia, cuarentena y rentabilidad», publicado ayer 5 de abril en Imagen Docs, el momento de ver cine boliviano ha llegado.
Tengo mis teorías sobre las razones que impulsaron este interés por el cine nacional en los internautas estás semanas. Aquí comparto algunas reflexiones.
Tal vez se trata del término “película liberada” (que supone gratuidad de estas obras durante estos días de cuarentena), añadido a la disponibilidad espontánea de películas que previamente eran inaccesibles al mismo público. Digo, si no tuve la oportunidad de ver Engaño a primera vista (Yecid Jr. y Johan Benavides, 2016) en el cine, o si no podía ver Algo Quema (Mauricio Ovando, 2017) de otra forma, ahora puedo, ahora podemos verla en casa como una película de Netflix.
Las medidas de cuarentena que actualmente rigen en el país, nos impulsan a cambiar nuestros modos de consumo. Ahora lo digital es lo único que está disponible y es momento de pensar si este nuevo modo de consumo –por ahora gratuito– es viable a largo plazo en el espectro del cine boliviano. En todo caso, por el momento, tener un público “cautivo” que solo puede consumir en digital es otro eslabón importante en la ecuación, según mi criterio.
Por último, no podemos subestimar el factor de las redes sociales: estimo que la actividad de diversos actores en plataformas como Facebook, Twitter, YouTube, las páginas www.imagendocs.com y www.boliviacine.com, además del proyecto Cocine, ayudaron a impulsar las iniciativas de los mismos realizadores bolivianos, que se unieron al “fenómeno” y liberaron sus películas en redes, logrando recopilar, en muchos casos, un abanico de largos y cortos bolivianos disponibles actualmente. Este inventario de películas nacionales (y dónde verlas) vino acompañado de una amplia propaganda mediática digital, y paralelamente una masiva difusión por redes sociales.
Todos estos factores reunidos han tenido un efecto tangible. Desde el inicio del fenómeno de liberación de cintas nacionales, alrededor del 21 de marzo (Día del cine boliviano) hasta la fecha, podemos cuantificar el alza del número de vistas de dichas cintas.
En el caso que me compete, nuestro corto Alex Rouch et les élections (disponible en Youtube desde octubre del 2018) contabilizó hasta el mes de febrero del 2020 unas 368 vistas (además de su presentación en el Festival de Cine Radical 2019) y únicamente en el mes de marzo, durante la última semana, recibió 853 vistas, para llegar a un total de 1233 vistas hasta la fecha. El corto fue incluido en las listas de largos y cortos que circularon aquellos días.
Este fenómeno virtual ocurrió con varias de las obras bolivianas presentadas, no solo la nuestra, no podemos soslayar este dato.
Es primordial entender el fenómeno y adaptar la distribución del cine nacional a estas nuevas formas de consumo digital, en pos de que el cine boliviano, y por ende nuestro trabajo, no sea más sujeto de un trágico consumo casual.
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