Eugenia, relato emancipador y mirada masculina

Un tamiz blanco y negro media entre la mirada de Boulocq y Eugenia en su tránsito desde Tarija hacia sí misma. Eugenia, joven, víctima de violencia machista, entiende que no se trata de empezar de cero sino seguir. No hay caminos establecidos, solo merodeos por Cochabamba, escenario que reconstruye Boulocq desde Lo más bonito y mis mejores años (2006). Esta reconstrucción espacial supone construir una mirada. La mirada que construye a Eugenia, el relato emancipador de una mujer, devela la mirada masculina del director, planteando límites para la narración sobre la emancipación y la condición femenina. Lo mismo que supondría el ejercicio de una crítica lo suficientemente pretenciosa para desembarazarse de su condición masculina, como es la presente, y esbozar posibilidades redentoras de la mujer en un país que las asesina impunemente.

Pero, la mirada de Boulocq es consciente de esto, a medida que el metraje se desarrolla e Eugenia encuentra, conjuntamente con Boulocq, una posibilidad de fuga hacia la emancipación  mediante la inserción de un cineasta anónimo –que registra bodas y cuyo filme anterior se titula Finalmente me dejo Dios, sobre el ser y la conciencia. Este personaje siente que debe invitar a Eugenia a participar de su película encarnando la figura de Tania “la guerrillera”, “desplazada por el cine porque el cine sólo miró al Che”. De esta manera, viajaremos a 1966 y asistiremos de manera periférica a cuestionamientos sobre los sueños y lugar de la mujer para este cineasta anónimo.

Este cineasta, además de no salir del anonimato, introducirá un elemento provocador en la actualidad cinematográfica: el modo de creación de imágenes. Él, además de dirigir, es camarógrafo, productor, actor y guionista. Por momentos vemos una cámara sobre un trípode registrando la reconstrucción de Tania en Cochabamba. Acaso Boulocq develando el modo en que construye a Eugenia (¿?).

El paralelismo entre Tania y Eugenia emerge y dialoga desde la composición de imágenes hasta la construcción de espacios para confluir en un problema existencial que modificara la ruta de Eugenia.

Las rutas, caminos trazados y tránsitos que ofrece Eugenia, acompasados por la banda sonora compuesta por Diego Boulocq, nuevamente sitúa al director cochabambino como cronista del presente, un presente que se resiste a mirar la violencia machista.

La mirada masculina y la masculinización de la mirada en el cine boliviano supone un problema inexistente en la creación de imágenes pues sus artífices son varones, lo cual supone la imposibilidad de la discusión como también la inoportuna resolución de la misma en una columna sobre cine, mucho menos por una firma masculina.  

Desde/Hacia otras películas de Boulocq

Lo más bonito y mis mejores años (2005)

Cochabamba explorada desde el automóvil y la soledad de tres personajes disconformes con sus vidas. Migrar, quedarse, resistir o simplemente vivir, como Eugenia (Andrea Camponovo).  

Los viejos (2011)

La memoria confrontada y el perdón como posibilidad desde una historia de amor plagada de nostalgia. Ana (Andrea Camponovo) permite que el pasado se reconcilie teniendo la dictadura como una imagen que atraviesa a todos los personajes. En Eugenia (2018), su padre jubilado, ex guerrillero, es abandonado por su pareja (Alejandra Lanza), con quien tienen un hijo, Emilio.    

Girasoles (2014)

Exploración visual y espacial sobre la decadencia y posterior irrupción de la vida. La mirada arquitectónica de Bouloqc con luces, sombras y texturas, la existencia de girasoles en un departamento de la urbe cochabambina. 

Texto originalmente publicada en la página de Imagen Docs en el periódico La Razón, 6 de mayo de 2018.